Luz para roedores ciegos


Con el mismo título que el de este post, encontré la semana pasada un interesantisimo articulo. Este, versaba sobre cómo un fármaco regenerador había sido capaz de devolver la visión de forma parcial y temporal a ratones, a los cuales tras varias mutaciones se les había provocado la muerte de los fotorreceptores, es decir, ratones ciegos. Hay que destacar que se va a hablar de ceguera asociada a la retina y que puede ser causada por enfermedades como la retinosis pigmentosa o la degeneración macular. Hay más causas de ceguera, ya que también hay algunas causadas a nivel cerebral, a nivel del nervio óptico o a nivel de las estructuras transparentes del ojo.



Este fármaco es un regenerador tisular que permite recuperar la retina. El estudio ha sido publicado en la revista Neuron, una importante revista en este campo científico, pero no por ello se ha librado de las críticas y escepticismos.

Puede parecer que una vez más voy a hacer referencia a las células madre, un tema que me apasiona y que hemos tratado ya en este blog, pero no. En este caso, la clave del fármaco es una molécula llamada AAQ (acrilamida-azobenzeno-amonio cuaternario), la cual, instalada en el vítreo (también llamado humor vítreo),la sustancia gelatinosa que contiene los ojos, permite la regeneración de forma temporal de la visión. Se comprobó viendo que, al ser expuestos a una fuente lumínica, estos roedores contraían las pupilas y huían de la misma, signo inequívoco de reconocimiento de la luz.

Este fármaco no actúa sobre los fotorreceptores lesionados, sino sobre otro tipo de neuronas de la retina. En su estado natural estas células son ciegas, pero gracias al fármaco desarrollan sensibilidad a la luz, como indica en el trabajo el Dr. Richard Kramer, profesor de biología molecular de la Universidad de California en Berkley, y se comportan de forma similar a los fotorreceptores.



Es un estudio muy prometedor, y que marca una línea a seguir, independiente a otros estudios en los cuales se necesitaba el concurso de las células madre o las prótesis electrónicas. Ambas opciones, han sido ampliamente estudiadas.

Los estudios con células madre se centran en tratar de recuperar y/o suplir fotorreceptores dañados por medio de la inserción de células totipotentes que pueden generar nuevos fotorreceptores o restaurar la función de los dañados.




Cientificos británicos este mismo año han llegado a realizar trasplantes celulares de retina en roedores que habían perdido la visión por enfermedades neurodegenerativas, llegando estos a recuperar la visión. Estas células inmaduras en el momento del implante evolucionan y acaban funcionando casi tan bien como los fotoreceptores normales.

Por otro lado, los estudios con prótesis electrónicas son algo más futuristas, pero no menos interesantes, ya que incluso científicos alemanes han desarrollado un chip subretinal que se implanta al paciente devolviéndole la visión de formas y objetos pocos días después de la operación. Lo llaman visión biónica.

Evidentemente, no es oro todo lo que reluce ya que, como se recoge en una web especializada, “de los 11 sujetos de prueba, 3 mostraron excelentes resultados, uno de los cuales lograba identificar y ubicar objetos en una mesa, también pudo caminar por la habitación sin ayuda, acercarse a personas específicas, ver la hora en un reloj y distinguir 7 tonos de grises. Los sujetos con escasos resultados tenían una condición ya muy avanzada”.



Volviendo a “nuestro estudio” cabe destacar que lo que se ha logrado es una recuperación temporal de la sensibilidad, es decir, no es una recuperación total de la visión, sin dejar claro qué grado de visión han recuperado estos roedores, como apunta el propio coautor del estudio, el Dr. Russell Van Gelder, asi como tampoco se conoce su aplicabilidad en humanos. No se sabe si funcionará o no, como destaca el catedrático de oftalmología de la Universidad de Barcelona Alfredo Adán en el diario el Pais.

Además, no es una recuperación permanente. Este punto, es el que a mi me llama la atención y más me retrae sobre el estudio, ya que pareciera ser que tampoco se sabe a ciencia cierta, cómo lograr que el efecto de este molécula sea de por vida, no temporal. Lo cual implica, que para poder hacer de este estudio una terapia faltan muchos años de duro trabajo.



Sea como fuere, lo que está claro es que es un paso y un avance muy importante y que abre sobre todo una vía alternativa a la investigación para terminar con la ceguera asociada a la retina, algo que sería de una gran utilidad y mejoraría la calidad de vida de muchísimas personas.


 Referencias:

http://escritorio.acceso.com/bioregio/prensa/verpdf.html?import_date=PAIMA&indv=1&news_id=60343962&sp_id=43434&file=000ZXDP6.pdf&sp_subject=Biotecnologia+-+Ci%E8ncia&comp_id=5861&clip_id=246

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/26/actualidad/1343328923_993182.html

http://www.cell.com/neuron/abstract/S0896-6273%2812%2900488-6?switch=standard





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