Hace unos días leí en la prensa una noticia que no por esperada dejó de impactarme. Un científico español confirmó, en un artículo publicado en la revista scientific reports, que el uso de pesticidas, en concreto Rotenona, favorece la aparición de la enfermedad de Parkinson.
Desde hace tiempo se sabe, o al menos se viene advirtiendo desde ciertos sectores,
que el uso de pesticidas es fuente de cáncer y muchas otras
enfermedades como bronquitis crónica o alzheimer. El problema radica en
que, como sucediera con el amianto en la construcción (hace muy poco se
habló del tema http://www.youtube.com/watch?v=p-aLL9jE9LI),
las enfermedades pueden desarrollarse incluso 20 o 30 años después de
la exposición al agente tóxico. Incluso ya se han prohibido componentes
de pesticidas como el PCP, que desde 2000 se considera peligroso, o el
arsénico desde 1955 .
Pero
hasta esa fecha los pesticidas podían usar estos y otros compuestos
libremente. ¿Cuántos pesticidas pueden estar utilizando compuestos
peligrosos no considerados como tal? Es una pregunta a la que hoy por
hoy no podemos responder, por más que desde fuentes oficiales digan que
todo lo que hay en el mercado es legal y seguro, y que se somete a
rigurosas inspecciones. A los hechos me remito.
De
hecho, hoy en día, como sucedió con los trabajadores de la construcción
y el amianto que desde 1960 hasta 1998 pelearon por el reconocimiento
de éste como causante de enfermedades profesionales, los agricultores
tratan de que se reconozcan como enfermedades profesionales todas las
derivadas del uso de pesticidas y fertilizantes, ya que actualmente el
90% de las reconocidas son problemas musculares y cervicales, pero
prácticamente ninguna derivada del uso de productos químicos, al menos
no las más importantes. Dentro de este pequeño porcentaje de
enfermedades que sí han sido reconocidas, el Parkinson ha sido reconocido por el gobierno francés como una de ellas, lo cual habla de la gravedad del asunto.
Y
si los pesticidas pueden causar todo esto solo por la exposición a los
mismos, ¿que no podrá causar la ingesta de productos “contaminados” con
los mismos? Otra pregunta difícil y hoy por hoy sin una respuesta
conocida a ciencia cierta.
Volviendo
al artículo en sí, cabe destacar que este grupo de científicos, ya en
2010, informó del hallazgo de esta relación entre exposición crónica a
pesticidas y aparición de Parkinson en un artículo publicado en la
revista PlosOne, pero ahora han demostrado cómo sucede esto.
Los
pesticidas actúan sobre el intestino sin necesidad de pasar a la
sangre, iniciando así la enfermedad de Parkinson que se transmite a
través de los nervios que conectan el intestino al cerebro hasta afectar
a la sustancia negra. Esto ocurre porque induce una modificación
anómala de la proteína alfa-sinucleína y aumentan su secreción al
exterior, según declaraciones del propio autor,
pudiendo ser así captada por las neuronas intestinales adyacentes que a
su vez la transportan al sistema nervioso central. Una vez allí, vuelve
a secretarse y así va pasando de neurona a neurona. El problema radica
en que una concentración alta de esta proteína implica la acumulación de
la misma en forma de los llamados cuerpos de Lewy, los cuales son unos
de los agentes causantes de la enfermedad de Parkinson, ya que impiden
el funcionamiento correcto de las neuronas.
Este
estudio abre una serie de interrogantes sobre qué es lo que comemos y
sobre las políticas de uso de pesticidas. Como el propio autor declara,: “Creo que es un paso más para que los políticos y la sociedad sean conscientes de los problemas que dan los pesticidas”.
Desde
mi punto de vista, creo que esto debería marcar un punto de inflexión
de una vez por todas hacia el estudio detallado de todos los pesticidas y
fertilizantes usados en la actualidad y la retirada de todos aquellos
que puedan suponer un riesgo para la salud, incluso la de todos ellos si
es necesario , ya que con nuestra salud no deberíamos correr ningún
tipo de riesgo.
http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0008762Etiquetes de comentaris: Biologia cel·lular, Bioquímica, Biotecnologia Aplicada, Biotecnología y Salud, Ciència i societat