Las bacterias del ácido láctico (II): más probióticos

En la última entrada del blog de la ASBTEC os presentamos las bacterias del ácido láctico, os hablamos de su importancia para la industria alimentaria y también introducimos los probióticos, con el polémico caso de Actimel. En esta entrega vamos a hablar más positivamente de los probióticos con resultados demostrados sobre ciertas enfermedades.

Siguiendo con la definición de probiótico (“microorganismos que ingeridos vivos tienen un efecto beneficioso sobre la salud”), nos tendríamos que preguntar qué efectos son y cómo se dan. Y si bien en el caso de Actimel hay mucha publicidad engañosa, si se ha demostrado que algunas especies de bacterias del ácido láctico si tienen efectos beneficiosos demostrados en la salud. 


Reacción catalizada por la enzima lactasa.
La intolerancia a la lactosa es una afección que se da cuando el organismo no produce suficiente enzima lactasa, ocasionando que no se pueda degradar la lactosa, azúcar propio de la leche (y derivados). Una solución biotecnológica ha sido la producción de leche sin lactosa, que se obtiene al tratar la leche con lactasa. Por su parte, las bacterias del ácido láctico (presentes, por ejemplo, en el yogur) pueden resultar beneficiosas para los intolerantes de lactosa por tres razones: estas bacterias consumen la lactosa durante la fermentación de los productos lácteos, producen lactasa desde el intestino para suplementar la deficiencia del intolerante, y además estimulan la producción endógena de la enzima por la mucosa intestinal del individuo. 

La flora intestinal tiene un efecto muy importante sobre la salud del individio
La enfermedad inflamatoria intestinal (o EII) y el cáncer colorrectal son dos enfermedades intestinal bastante severas. Aunque la etiología de ambas no está muy clara, sí se cree que la microflora intestinal y la generación de radicales libres en el metabolismo del aparato digestivo pueden tener un papel importante. Las bacterias del ácido láctico tienen un papel modulador sobre otras poblaciones de la microflora y reducen la cantidad de radicales libres en el intestino. En el caso de la EII sí se ha demostrado una mejora de los síntomas con algunos probióticos.

Estructura del rotavirus, principal causante de diarrea en niños.
También se ha demostrado que algunos probióticos pueden mejorar el decurso de algunas infecciones. Rotavirus es uno de los causantes más importantes de diarrea aguda en niños de países industrializados. Diferentes estudios señalan que el uso de algunas especies de Lactobacillus y Bifidobacterium reduce la duración de esta diarrea y aumentan la generación de anticuerpos contra el virus. Asimismo, el riesgo a padecer diarrea asociada a uso de antibióticos (causada por Clostridium difficile) se puede reducir gracias a un probiótico, aunque en este caso no se trata de ninguna bacteria sino de una levadura.

Los probióticos pueden afectar a microorganismos patógenos de diferentes maneras, aunque no se sabe del todo que mecanismos son los más importantes. La primera manera, es actuando como barrera, colonizando el aparato digestivo a diferentes niveles y bloqueando la colonización de patógenos. El segundo mecanismo es la síntesis de moléculas bactericidas, como es el caso de la nisina (ejemplo que ya se introducimos en la última entrada del blog). 
 
Otro mecanismo para explicar el efecto de las bacterias del ácido láctico contra organismos patógenos, sería a través de la interacción entre el probiótico y el sistema inmunitario del individuo, estimulándolo y modulando su respuesta.  De esta estrecha relación han surgido posibilidades muy interesantes, y las veremos en la próxima entrega del blog de la ASBTEC.

Referencias de interés:
Probiotics: an overview of beneficial effects
Lactic acid bacteria as probiotics



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